Sonia y Javier, colorida boda galapagueña

Hay bodas que sólo ver una instantánea sientes un flechazo absoluto, un escalofrío corre por las venas y el corazón se te encoje. Y eso mismo nos pasó a principios de Agosto al ver una imagen de la celebración de Sonia y Javier. Una boda que nos enamoró desde el primer momento en que se cruzó en nuestro camino y que no podíamos dejar escapar la ocasión para mostrárosla porque estamos convencidas que moriréis de amor #palabritadeconfetti.

Una tarde de verano en la Iglesia galapagueña de La Navata (Madrid) fue testigo de esta fiesta del amor que culminó con una celebración en la espectacular Finca Najaraya hasta bien entrada la noche con una última canción de Extremoduro como banda sonora bajo un abrazo colectivo de amigos y familiares.

Para ese día Sonia eligió un modelo simplemente espectacular. Preciosísima y radiante de felicidad estaba con un diseño elaborado a medida por una modista y un bordador que recreaba una pequeña alegoría floral cual primavera de Botticelli inspirado en la colección de Alberta Ferretti. Un trabajo totalmente artesanal y delicado que fascinó a todo el mundo (incluidas nosotras) y que como detalle os contaremos que no pudo probarse el resultado final ¡hasta cuatro días antes de darse el Sí, quiero!
Acompañando la espectacularidad del vestido lució zapatos a medida de José Illana (regalo de una íntima amiga), trenza romántica que realizó Álvaro Talayero, quién también maquilló y peinó al resto de las mujeres de la familia y finalmente un ramo multicolor a juego con el vestido confeccionado por flores de vivero A. Tejido.
Javier por su parte también lucía impecable con chaqué en negro junto a un chaleco gris y corbata marsala confeccionado a medida por un sastre.

Un día lleno de momentos íntimos y entrañables, un atracón de cariño en la que los invitados se implicaron al 100% con vídeos cargados de sentimiento, álbumes de foto para el recuerdo e incluso una banda de música francesa para que tocara en directo durante la cena. 
Para agradecer el cariño e ilusión de los asistentes, que vivieron la boda como si fuera la suya, los novios entregaron a los asistentes una planta y un disco de sus canciones preferidas que montaron entre toda la familia cual cadena de montaje y galletas que la hermana de Javier realizó una a una replicando la misma indumentaria de los novios, ¡gran detalle!

Unos días de locura con multitud de anécdotas para el recuerdo que Sonia y Javier rememoran con mucho cariño y que quedaron inmortalizadas por el equipo de Juno Producciones de quienes hemos tenido el placer de enseñaros otras muestras de su gran trabajo desde hace mucho tiempo como la boda en el saler de Mar y Juanra, la sesión de inspiración de novias vintage o una sesión muy natural en el bosque. 

Ahora sólo queda que disfrutéis de esta boda veraniega sintiendo el calor del amor para aplacar un poco el gélido enero en el que nos encontramos.